miércoles, 26 de noviembre de 2014
Victoria Duche nació en Buenos Aires en 1978 y es una de las mejores estilistas que está surgiendo en la Ciencia Ficción argentina. Durante su adolescencia ganó varios concursos provinciales en el género de cuento fantástico. A partir del 1996 fue integrante de antologías de cuento y ensayo. También colaboró con publicaciones culturales y producciones audiovisuales. Actualmente realiza trabajos de corrección y participa como guionista en cortometrajes independientes. Este año fue seleccionada para integrar tres antologías de microrrelatos en España. Su principal interés es la producción de cuentos infantiles e historias de ciencia ficción para adultos. Además, forma parte del club Le Fantastik, de Primera Junta, en Capital, dedicado al género que tanto nos gusta.
Tenés varias facetas que demuestran tu creatividad. Comencemos por el club Le Fantastik, que reúne a un grupo de aficionados en el populoso barrio de Primera Junta. ¿Cuáles son las actividades que realizan? ¿Se juntan a leer, a debatir y conversar sobre el género fantástico como otros clubes?
Bueno, Le Fantastik nació espontáneamente. La creación del club se dio en forma natural. Varios de los integrantes somos amigos desde hace muchos años y abordamos el género fantástico desde distintos ámbitos. En lo particular, vos pensá que el club nos sirve de estímulo y es la excusa perfecta para intercambiar opiniones y ayudarnos en nuestros procesos creativos. Es genial descubrir como un mismo disparador (una película, un libro) puede generar en cada uno de los integrantes del club algo completamente diferente. Las producciones que surgen de estos encuentros son compartidas con los miembros del club. Es retroalimentación constante. Algunos, como Mariana Catanzaro y Fabián Moreno (Cosamostra Producciones) realizan contenidos audiovisuales, otros dibujan o escriben música. Lo mío, definitivamente, son los cuentos.
¿Tienen fechas especiales de reunión o es un proceso más informal, en donde se encuentran cuando pueden?
Intentamos reunirnos con frecuencia; cuando nuestras agendas no concuerdan, la seguimos desde la PC. El grupo tiene su propio servidor para compartir trabajos y recomendar obras que los integrantes pueden descargar y disfrutar en su casa.
¿Advertís como nosotros un resurgimiento del fandom de CF con movimientos y gtrupos de aficionados, con un interés de mucha gente por medio de clubes, revistas, o bien promoviendo aventuras artísticas?
Sí, y lo celebro. Supongo que la globalización es el gran disparador. Descubrir que mucha gente en el mundo comparte los mismos intereses resulta estimulante y es el aliciente ideal para querer formar parte de algo más grande (que tu habitación llena de libros).
Lo que sería interesante es ir más al núcleo de Victoria Duche, que es tanto aficionada como autora. A ver, ¿cuáles fueron tus primeros escarceos con la fantasía y la CF? ¿Por medio de qué autores, o qué películas?
Nací al año siguiente del estreno de Star Wars… mi ringtone es R2D2… digamos que es una sentencia de mi generación. Recuerdo Blade Runner, muchos años antes de conocer a Phillip Dick, y la euforia que me generó ver esa historia fuera de mi tiempo. Ese concepto de “En un futuro no muy lejano” me inquietaba y fascinaba a la vez. Era muy chica. Cuando agoté la colección Robin Hood y comencé a husmear la biblioteca familiar me encontré con “El país de octubre” de Bradbury. No es un libro de ciencia ficción, pero me abrió las puertas de par en par al género. Después llegó Asimov, Simmons, Matheson, Lem, Bester, Dick. Varios están entre mis autores favoritos, sin importar el género. Algunas de sus historias fueron influencia directa en mi vida, aunque suene tonto. Supongo que por eso no leo libros de autoayuda. Los míos son mucho más divertidos.
Por más que suene trillado, te lo tengo que preguntar. ¿Qué es lo que te resulta más atractivo de la CF?
Bueno, la ciencia ficción te conecta con tus anhelos infantiles. Y tus miedos. Te arranca de tu vida para llevarte a un mundo insólito. Lo mejor es que sus historias vienen con yapa. Por un lado, te presentan una realidad que aceptás inmediatamente como lector. En la mayoría de los casos, cualquiera de sus tramas podrías llevarse a otro escenario carente de elementos extraordinarios. Pero, a diferencia de los textos fantásticos, la ciencia ficción te deja la puerta abierta. Con la ciencia ficción siempre es un “podría ser”. Los unicornios no existen pero una nave interplanetaria…. Sí. Nada es imposible. Eso es maravilloso. Cada adelanto tecnológico de la humanidad fue imaginado por alguien, mucho tiempo atrás. La ciencia ficción recopila cada sueño y lo lleva un poco más cerca de la realidad.
Qué buena definición, qué clara que sos en tus expresiones. Sabemos que estás dando tus primeros pasos como escritora regular, sobre todo a través de la CF, publicando con cierta frecuencia, apareciendo en revistas como SENSACIONAL y LEYENDAS PLANETARIAS. Ahora, en vos se nota un dominio muy profesional enlazando trama y personajes, como los autores con larga experiencia. ¿A qué se debe?
Supongo que se debe a que, en mi caso, la ciencia ficción es una herramienta más para contar historias. La anécdota va más allá de sus protagonistas y el escenario. Existe la idea – por fortuna hoy solo es un eco de lo que antes parecía una verdad absoluta – de que existen géneros menos importantes que otros. Los libros de ciencia ficción o terror y los cómics fueron menospreciados durante mucho tiempo. Hoy, algunos de los autores más respetados vienen de esas páginas. Los escritores del género deben responder a esta responsabilidad. En sus manos tienen a muchos lectores que dan sus primeros pasos en el mundo de la literatura a través de una historieta o un cuento fantástico. La dedicación y el respeto al género empieza por el autor. Debe conmover, debe entusiasmar. Pero, por sobre todo, debe escribir bien.
Victoria, en tu narrativa se transparenta un manejo muy cómodo de los emblemas del pulp, del retrofuturismo. ¿Cómo lo lográs? ¿Cuál es el motivo?
En realidad responde al mandamiento de Hemingway: “Escribe sobre lo que conoces”. Me fascina la idea del “futuro hipotético”, de aquellos mundos que soñaron quienes nos precedieron. Es muy interesante interiorizarse en los planteos, en las críticas que se hacían a través de la historias acerca de cómo la tecnología podía aislarte. Durante muchos años estuve del lado del lector, conozco la estructura y la ideología. Era inevitable que terminara escribiendo sobre ello. Que me sintiera tan cómoda y feliz en el proceso tampoco debiera sorprenderme.
A ver, y en cuánto a clichés, escenarios, etc., ¿Qué temas de la CF te gustan más?
Por lejos, la ucronía. El “que pasaría si en vez de esto hubiese ocurrido esto otro”. Me resulta fascinante el ejercicio mental que origina el cambio de realidades. Que te muevan las fichas de lugar y que la historia continúe. El un tema que no abordé de lleno, precisamente, porque no quiero bastardearlo. Pero en varias de mis producciones lo toco de refilón. No puedo con mi genio, la idea es demasiado atractiva como para dejarla en el tintero.
Decínos, ¿la CF invadió la vida cotidiana? ¿Vivimos en una era de CF, para bien o para mal?
No vivimos en una era de ciencia ficción. En el momento en que ella nos alcanza, deja de existir. Es así. Aquellos que forman parte de esta corriente deben sentirse orgullosos, pero no dormirse en los laureles. El futuro no está aquí, sigue allá adelante, como siempre. Y es responsabilidad de la nueva generación de escritores que continúe de esa manera. Los autores de ciencia ficción tienen un desafío enorme: encontrar nuevos anhelos.
Seguir soñando posibles imposibles.
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