martes, 29 de septiembre de 2015
La noticia estalló en todos los medios y nos despertamos con grandes titulares en la TV, la radio y por supuesto en los diarios de todo el mundo. Los científicos afirman que Marte podría tener verdaderos océanos de agua bajo tierra. Según ellos dicen, los volcanes inundaron Marte de agua. El sueño de Percival Lowell, Edgar Rice Borroughs y otros pioneros, hoy por más increíble que suene, parece ser realidad, como ha pasado tantas otras veces con las predicciones de la Ciencia Ficción.
El descubrimiento de nuestros hombres de ciencia es elusivo: sugiere que antiguas erupciones volcánicas pudieron haber llenado Marte de agua, creando así un hábitat favorable para la vida tal cual la conocemos. ¿Pero cómo llegamos a esta instancia?
Bien, al parecer, los meteoritos de Marte contienen asombrosas cantidades de minerales hidratados, y que incorporan agua en sus estructuras cristalinas.
Este estudio realizado es lo que está causando tanta conmoción. Según sus autores se calcula que Marte posee un manto que contiene entre 70 y 300 partes por millón de agua, y esta cantidad es más que suficiente para cubrir al planeta rojo de líquido entre 200 y 1.000 metros.
El director de este importante estudio se llama Francis McCubbin, de la Universidad de Nuevo México, Albuquerque, y afirma rotundamente: “Estamos hablando de incluso más agua de la que contiene el manto superior de la Tierra”. Las implicancias de esto son evidentes, porque si todavía hay agua en el manto marciano, significa que hay muchas probabilidades de que hubo mucho agua en su interior cuando se formó el planeta.
McCubbin fue más allá y explicó que “Después de todo, no debemos depender de fuentes de agua como cometas o asteroides”. La pregunta que surge de esto sería: si esto fuese así, es altamente probable que suceda lo mismo con otros planetas rocosos, como por ejemplo Venus, Mercurio o la Tierra, e inclusive algunos asteroides de tamaño grande. Cuando a McCubbin le preguntaron acerca del agua, añadió: “La Tierra no es única, así que deberíamos encontrar agua en casi todo el Sistema Solar”. Sorprendentes afirmaciones que son las que generan toda esta discusión en los medios, siendo tapa de todos los diarios del mundo.
Tal como dijimos, el equipo de McCubbin halló agua al analizar pacientemente los meteoritos que llegaron a la Tierra expulsados de Marte debido a impactos de los asteroides, un trabajo arduo pero que rindió sus frutos: estos meteoritos contienen basalto. ¿Qué significa? Que debieron haberse formado a partir de magmas profundos que alcanzaron la superficie después de erupciones volcánicas.
Los científicos se pusieron a examinar con sumo cuidado un mineral llamado apatita, y encontraron iones de hidroxilo, una forma de agua que contiene un átomo de oxígeno ligado a un átomo de hidrógeno.
La presencia del hidroxilo significa que el agua estándar (o sea un átomo de oxígeno y dos de hidrógeno) también se encontraba presente en el magma marciano. No obstante, y debido a que el hidroxilo está más unido a la roca que el agua normal, los iones se quedan atrás cuando el resto del agua sale expulsada de la lava.
Al respecto, McCubbin afirmó que a partir de la cantidad de hidroxilo de los meteoritos nos es posible saber cuánta agua existe en el interior de Marte. Y explicó que utilizaron la apatita como un densímetro para registrar la cantidad de agua que había en la roca antes de gasificarse. Por ejemplo, y para que la gente se ubique, podemos refrescar nuestra mente recordando que estudios similares de la apatita lunar en al año 2010 dieron por resultado un descubrimiento no menos relevante: que el interior de la luna era cien veces más húmedo de lo que se pensaba.
No sólo esto; yendo un paso más allá, debemos aclarar que los meteoritos examinados procedían de basaltos muy jóvenes, de entre 150 y 350 millones de años, lo cual nos explica que probablemente todas las grandes erupciones del soñado Marte a lo largo de su historia llevaron agua a la superficie, incluyendo también las erupciones que ocurrieron durante el llamado periodo de Noé, cuando el planeta era tan caliente como para contener agua en estado líquido en la superficie.
De todas maneras, es posible que otras erupciones más recientes crearan asimismo zonas que fueran temporariamente favorables para la existencia de vida. Sí, aunque suene asombroso estamos hablando hoy de posibilidad de vida en Marte luego de que miles de personas se rieran de una afirmación así durante años afirmando que los autores de Ciencia Ficción eran locos o daban demasiada rienda suelta a su imaginación. La fantasía y la realidad van siempre de la mano, y una necesita de la otra. Francis McCubbin concluyó alegando que: “Esto convierte las regiones volcánicas en las más prometedoras a la hora de buscar vida pasada en Marte”.
Como vemos, hoy la novedad da vueltas por todo el mundo y es la noticia del día. Marte vuelve a ser noticia, tal como lo fue en 1938 con la transmisión radial de Orson Welles, o en los años ’50 con la importante oposición astronómica del planeta rojo. Hoy, Marte vuelve a ser el gran actor y está en boca de todos, no solo de los científicos sino en las charlas de café, de la gente de la calle, como debe ser, en los trabajos y los hogares. Los sueños de Edgar Rice Borroughs, H. G. Wells y del gran astrónomo Percival Lowell que soñó con sus canales, hoy se adueñaron de todos los titulares mundiales. Una vez más, los sueños de la Ciencia Ficción se convierten en realidad. •
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